viernes, 19 de febrero de 2010

el caminante (Daniel Murillo)

-Dióse la media vuelta y fijó la vista en un punto, y con lágrimas en los ojos se despidió de aquello que jamás iba a volver a ver –por lo menos no lo volvería a ver/sentir como antes- ; el dolor, que de ser un sentimiento que insistió con persistencia durante gran parte de su vida, ahora persistente o no, simplemente seria un dolor desnudo… despojado de todo ropajes de espinas. Ahora era tiempo de dar la media vuelta, pero mirando hacía adelante socavando todo ese mal sentir, para que sencillamente, subsistir sea más que un acto de inercia…cuán si todo ahora lo sintiera inerte, al menos sus pies no se detendrían.



17/02/10 C V. R



3 comentarios:

Lobo estepario dijo...

hola desconocida, hoy me he encontrado con tú pequeño espacio de expresión, y realmente me alegra mucho saber que hay personas con tanta sensibilidad, desde aquí te doy mi enhorabuena, a mí me llega tu forma de vivir... un saludo y mucha suerte.

Marie Deschamps dijo...

¿Darle la espalda al dolor? Esa es la peor decisión que un poeta puede tomar.
Le mando un saludo señorita.

Florencia Madeo Facente dijo...

Un final realmente memorable.
Y la música que suena en mis oídos...Por Chopin pediría que no existieran los días, simplemente...
Saludos.